Acostumbrados a montar y competir habitualmente en un modelo de gama alta, al probar la Talon 29 es fácil imaginarse que nuestras primeras impresiones no sean muy buenas: los frenos no nos parecen lo suficientemente potentes, la horquilla de suspensión no trabaja como nos gustaría, el cambio es lento...
Pero lo cierto es que a medida que vamos compartiendo kilómetros con ella nos vamos dando cuenta de sus virtudes: un buen cuadro de aluminio, unas geometrías y una posición que la convierten en una bicicleta muy cómoda, bloqueo de la suspensión en el manillar...
Está claro que si lo que quieres es competir o pasarte el día subiendo y bajando trialeras, no te llevará mucho encontrar los límites de la Talon pero, si lo que buscas es una bicicleta económica de iniciación o un modelo fiable, cómodo y rodador con el que hacer el Camino de Santiago o disfrutar de rutas sin excesivas complicaciones hasta acabar por darle la vuelta al marcador del cuentakilómetros, probablemente este sea una de las mejores opciones.