martes, 17 de marzo de 2015

Polar V650 y Garmin Edge 810


Después haber probado el M400 ya nos tardaba ponerle las manos encima al nuevo V650. La verdad es que, mientras el M400 nos ha parecido todo un acierto por parte de Polar, el V650 nos ha decepcionado bastante, al menos para un uso en rutas de bici de montaña. Lo tenemos claro, si lo que quieres es un compañero de rutas:  el 810 es la mejor opción.  Cuesta un poco más pero vale la pena realizar ese gasto extra.



La razón está en que el Polar no permite utilizar mapas y además resulta mucho más complicado cargar en el GPS una ruta que, por ejemplo, hayas recibido por correo electrónico o descargado de Wikiloc.
Es cierto que el Polar ofrece la posibilidad de seguir una ruta, pero tienes que haberla realizado previamente o bien sincronizarla mediante  Polar Flow.
En el modelo de Garmin es mucho más sencillo cargar rutas: puedes hacerlo directamente desde Wikiloc, copiar en el GPS mediante un cable USB, cargarla con el programa BaseCamp, sincronizarla desde Garmin Connect.... Es decir, el 810 nos lo pone mucho más sencillo.
Además permite utilizar mapas topográficos, bien sean los propios de la marca u otras opciones gratuitas que resulta sencillo encontrar en la red. El Polar no. Hemos consultado al distribuidor oficial sobre este punto y nos han confirmado que por lo de ahora no es posible, aunque no descartan que futuras actualizaciones lo permitan. Aunque así sea, estaría por ver qué calidad tendrán esos mapas, si serán gratuitos o de pago y si la unidad será capaz de manejarlos con fluidez.
Mientras tanto, tendremos que conformamos con una pantalla de navegación similar a esta:



Por la diferencia de precio, nos parece que el Garmin es una opción más completa para cualquier usuario habitual de bici de montaña que busque nuevas rutas, acuda a marchas...
Si lo que quieres es un compañero de entrenamiento, entonces el V650 puede ser una elección acertada: mejor que el Edge 510.  Tiene buenas cualidades como su pantalla en táctil en color de gran tamaño, pantallas multideporte configurables, funciones de entrenamiento...  En este aspecto, lo único que nos parece mejorable es su excesivo tamaño en relación al de la pantalla.
Está claro que Polar hace valer su experiencia en dispositivos de entrenamiento pero nos da la sensación de que, salvo que finalmente lleguen esas actualizaciones, ha perdido la oportunidad de ofrecer un producto más completo que cubra la necesidad de la mayor parte de los usuarios.
En cualquier  caso, si queréis encontrar información más detallada sobre este modelo, aquí tenéis una completísima prueba y una tabla comparativa  con los Edge 500 y 810.

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